UN ÚLTIMO ALIENTO

Este cortometraje fue realizado como parte de un curso de Dirección de Cine de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL).

El proyecto en sí estaba sujeto a la solicitud de una tarea, la cual consistía en realizar un video dramático sin diálogos y con una duración de 1 minuto. A nuestro grupo le pareció muy divertido atreverse a hacer algo más arriesgado y complejo, pero siguiendo la indicación de nunca recurrir al diálogo. De un momento a otro, la tarea se convirtió en un reto que queríamos lograr: Hacer un cortometraje mudo de al menos 15 minutos de duración. Esto trajo consigo una gran desventaja y fue la falta de tiempo. Contábamos con una semana de preproducción, dos días de rodaje y un presupuesto muy limitado de 200 dólares. A pesar de nuestras condiciones, el proyecto se llevó a cabo con éxito y terminó siendo del agrado de nuestra clase.

Por otro lado, para realizar las tomas en exteriores nos dirigimos al Centro Histórico de Lima, en la capital del Perú. Este lugar en particular, además de ser conocido por su turismo y preciosas locaciones, tiene un alto índice de criminalidad. Para ello tuvimos la suerte de ser escoltados por miembros de la policía nacional gracias a los contactos de uno de nuestros productores. Irónicamente y sin que la policía lo supiera, tuvimos que ingresar a las locaciones de manera clandestina ya que no tuvimos el tiempo suficiente para obtener permisos en ciertos establecimientos. En cuanto a la oficina del Asesino, esta se trataba de una locación que nos había prestado el padre del director. Dicho lugar era alquilado por un abogado. Ya con el permiso correspondiente, fuimos en un fin de semana, tomamos muchas precauciones y ningún objeto que le perteneciera se manchó con sangre falsa. Aun así fue un gran riesgo el que tuvimos que tomar. ¡Cine de guerrilla!

Con respecto a la rotoscopia, esta era difícil y tardada de hacer, por lo que miembros del equipo e incluso gente interesada en el proyecto que nunca habían tocado un programa de edición, estuvieron dispuestos a aprender a usar DaVinci Resolve desde cero para ayudar al editor principal con esta técnica de animación. A propósito, la sangre falsa estaba hecha de yogur, miel y colorante alimentario rojo. Con lo que no contábamos era con conservarla o fabricar nuevos suministros para el segundo día de rodaje. Una vez llegado el susodicho día, la sangre apestaba a podrido y se habían formado grumos por el yogur. *SPOILER* Por suerte, ese día la sangre solo se usaría para la escena final y los grumos aportaron visualmente, ya que parecían sesos que se esparcían en el escritorio luego de cada disparo.